3 Formas de pintar con impasto al óleo, para principiantes

Para sacarnos de encima la primera de todas las dudas sobre pintar con impasto: Impasto se le dice a la aplicación de pintura con brochazos densos y con texturas, directamente sobre el lienzo.

Hay, sin embargo, diversas maneras de hacer esto hoy en día. Tenemos desde las formas que se usaban en la antigüedad hasta las versiones más modernas que, gracias a la tecnología, solo dependen de un par de elementos y listo.

No es que no hayamos tratado el tema con anterioridad, pero en esta ocasión queremos ofrecerte con la mayor prontitud la oportunidad de experimentar de propia mano con la pintura al impasto.

Tampoco es que tengas que ser una experta en el tema o un artista con años de experiencia para lograr obras que se nutren de la profundidad y detalle que se puede otorgar con una forma tan gruesa de pintar. De hecho, pintar con impasto puede ser un proceso muy intuitivo y, después de probarlo, puede que se vuelva una de tus técnicas favoritas.

Pintar con impasto: lo esencial

para pasar de la teoría a la acción sin mayor dificultad hay que saber unas cuantas cosas que nos van a facilitar la tarea, aunque claro, en el proceso te compartiremos otras de nuestras publicaciones que te vendrán de maravilla para profundizar en el conocimiento y uso del impasto.

Así, una de las primeras cosas que tenemos que saber para pintar con impasto es el sistema que mejor permite su uso para que puedas al menos tenerlo en cuenta a la hora de pintar.

De magro a graso

¿Habías escuchado antes el término? Hoy en día también se le usa como un sinónimo para “de delgado a grueso” y como mencionamos en nuestra publicación “Secretos de la técnica de impasto en la pintura al óleo”, también implica la transición de fluido a denso y de seco a grasoso. Este sistema está basado en la lógica con la cual se construye un cuadro.

Verás, cuando observamos un cuadro terminado generalmente pensamos en él como un soporte lleno de pintura. Obviamente, puede gustarnos, no gustarnos, sernos indiferente o provocar todo tipo de reacciones dependiendo de la técnica y la temática, pero la cuestion es que un cuadro es una obra creada en capas y esto lo sabemos y aprendimos todos los que pasamos de ser espectadores a artistas, aunque sea por mera curiosidad.

Las capas internas de un cuadro están ahí por una razón; son realmente importantes para el resultado final, no sólo en cuanto a su apariencia, sino también en cuanto a la estabilidad que adquiere para los años venideros.

La imprimatura para pintar con impasto

Creo que hoy en día no se hace el énfasis necesario en este tema, y es que modernamente se hizo muy popular la creencia de que sobre el mismo gesso acrílico (que se puede conseguir en la mayoría de las tiendas especializadas) se puede pintar con óleo, acrílico o hasta temple sin que haya variación en el resultado final. También, de paso, se suele pasar por alto la forma en que se habrá de trabajar al utilizar el impasto.

Los problemas de utilizar sin más estos soportes con gesso acrílico “para todos los fines” (o al menos en algunos lugares ya los venden preparados con esa premisa) probablemente no van a ser visibles de primera intención, pero definitivamente podemos esperar que todo tipo de imperfecciones hagan acto de aparición a la larga.

Como hemos comentado en otras publicaciones, lo que buscamos en una imprimatura es que se compenetre con las fibras del soporte sobre el que fue aplicada. La imprimatura debe anclar y absorber la pintura y unificarse lo mejor posible con esta y el soporte.

¿Cuál es, entonces, la mejor imprimatura? en cada caso, debe ser una con cualidades similares a las de la pintura que vamos a utilizar, así conseguiremos no solo que queden una encima de la otra, sino que queden unidas hasta en un nivel molecular, lo cual definitivamente permitirá que su calidad perdure por mucho más tiempo.

En el caso de la imprimatura para impasto, las hay para técnicas de impasto delgadas y gruesas. El impasto al óleo entra en la categoría de las gruesas, y dentro de este grupo hay otra subdivisión: aquellas imprimaturas que se realizan sobre soporte blando (lienzo) y aquellas que se realizan sobre soporte rígido (como madera). La imprimatura para impasto al óleo se encuentra comúnmente en las imprimaturas para soporte blando, siendo lo más común en las de soporte rígido ser preparadas para pintar con encausto

Por lo tanto, la imprimatura ideal para pintar con impasto al óleo es una de aceite (checa nuestra publicación al respecto).

al emplear imprimatura de aceite para pintar al óleo, la imprimatura no sólo absorbe al óleo, sino que el aceite que la misma contiene se unifica a él, generando una misma película de aceite que va desde las fibras internas del lienzo hasta los impastos superiores más densos.

Formas de pintar con impasto al Óleo

Teniendo nuestra imprimatura correctamente elegida y aplicada, lo que sigue es empezar a pintar con impasto y para esto, necesitaremos usar la pintura en aplicaciones gruesas.

Tradicionalmente, tales aplicaciones se obtienen con la adición de ciertas cargas y elementos que no solo te permiten trabajar con un grosor de aplicación como el que podemos encontrar en las pinceladas de Van Ghogh (o incluso mayor), sino que contribuyen a que tus obras se conserven en buen estado durante largo tiempo.

Sin embargo, también es cierto que puedes pintar con impasto al óleo de maneras incluso mucho más sencillas o valiéndote de nuevos aditivos, producto de los avances tecnológicos aplicados al mundo de las artes pictóricas y que también prometen lograr el efecto deseado.

Estas 3 formas de espesar la pintura para pintar con impasto que verás a continuación son bien conocidas en nuestros tiempos y cubren los tres flanco: sencillo, tradicional y el de los materiales de vanguardia.

Los tres son utilizados por todo tipo de artistas de nuestros tiempos así es que merece la pena echarles un vistazo.

Forma 1:  Aplicar el óleo en cantidades generosas

Así como lo lees y tan simple como se oye: Aplicar mucha pintura es la forma más obvia de lograr una aplicación gruesa, pero como te imaginas, tiene el detalle de que también es la variación que más tarda en “secar”.

Además, como hemos explicado antes, la pintura al óleo más que secarse, al contacto con el aire se oxida y endurece, así que si aplicaste una pincelada realmente gruesa sin más, la parte exterior de esta se endurecerá (compactándose en el proceso) mientras que lo que está debajo permanece húmedo. Esto, claro está, puede ocasionar grietas o arrugas en la superficie mientras la pintura seca. Entre más gruesa sea la pincelada -y dependiendo del sentido de esta- más impredecible puede ser el resultado.

No obstante, hay a quienes les gusta experimentar con esto, e incluso recomiendan que para sacarle mayor provecho lo que puedes hacer es quitar algo de aceite a tu pintura.

¿Cómo? dejándola una porción gruesa sobre un pedazo de cartón uno o dos días antes de que empieces a pintar. El cartón absorberá el aceite y se secara un poco, lo cual te dará como resultado una pintura con una consistencia más gruesa y pastosa, mucho más útil para pintar con impasto al óleo.

Forma 2: Agregando cargas

Este es el método por excelencia y se ha utilizado desde tiempos muy antiguos. Rembrandt, por ejemplo, se dio a la tarea de pintar con impasto de manera magistral.

De hecho, como comentamos en nuestra publicación “La técnica de impasto de Rembrandt”, Rembrandt incluyó el impasto al óleo en diferentes obras para dar vida y detalle, generando textura en ropa, piel y otros elementos; para trabajar con la ilusión de cercanía y de alejamiento y también para acentuar los brillos de aquellas superficies que en sus pinturas se hallaban frente a la fuente de luz.

El utilizó materiales como tiza, carbonato de calcio, cuarzo molido, carbonato de plomo y otras cargas para agregar densidad a su pintura.

Las cargas son básicamente polvos incoloros que nos permiten pintar con impasto sin que las aplicaciones pierdan su forma, escurran del lienzo o tarden hasta años en secar, incluso en el caso de técnicas tan densas como el encausto. También es gracias a las cargas que las imprimaturas con las que se preparan los lienzos adquieren absorción.

El hecho es que con el paso del tiempo esta técnica cayó en desuso, y esto es algo que tuvo que ver directamente con las exigencias de los mismos artistas, pues a medida que los tiempos fueron cambiando y que los avances de la ciencia estaban cada vez más presentes en el mundo de los materiales para artes, a los fabricantes se les comenzaron a hacer ciertas exigencias que acabaron por dejar fuera varios conocimientos y técnicas más antiguas.

Afortunadamente el conocimiento de estas técnicas prevaleció y hoy te podemos decir que hay cargas desde muy ligeras, como el blanco de Boloña o el blanco de Barita, hasta muy gruesas como diversas arenas silicas y algunos otros materiales utilizados normalmente para la construcción. 

la carga más famosa es el carbonato de calcio y, al ser combinada con una pintura al óleo de buena calidad (la cual, por cierto, puede ser creada también de manera artesanal como enseñamos en esta publicación) nos ofrece una gran variedad de posibilidades si lo que queremos es pintar con impasto al óleo.

Todo depende de lo que quieras lograr. Las cargas las empleamos para: 

• dar consistencia a las pinturas
• volverlas menos transparentes
• para generar textura

Si agregamos carga a una pintura de tubo como óleo, acrílico o gouache, tendremos que experimentar con la mezcla; en primera instancia tendremos que agregar poca carga, luego puede que agreguemos más medio. Ten presente que si la cantidad de medio es poca en proporción a la cantidad de carga, la pintura se puede cuartear/craquelar y no se adherirá bien al lienzo.

(para saber más sobre las cargas, date una vuelta por nuestra publicación “La indispensable función de las cargas en la pintura de impasto”)

Forma 3: Agregar medios especiales para impasto

Llegamos a la parte de la modernidad donde ya existe una buena variedad de medios para pintar con impasto al óleo.

Estos medios están especialmente mezclados para lograr efectos similares -y a veces alegadamente, mejores- a los que se logran con las cargas, aceites de varios tipos (espesados y sin modificar) y los pigmentos bien seleccionados, como hacía Rembrandt para pintar con impasto al óleo.

Entre estos medios tenemos las pastas de cera de abeja (que tampoco es que sea tan nueva la inclusión de la cera de abeja, lo que ha cambiado más es la presentación), que sirve también para engrosar la pintura y agregar translucidez. Con este medio, la pintura tiende a verse más mate cuando la utilizas y puede también lucir algo desmoronadiza.

Para darte un ejemplo, tenemos la de la marca Michael Harding, que en su página oficial nos dice acerca de esta pasta de cera de abeja:

“PM4 – Beeswax Paste 100 ml, 250 ml, 1 litre

Beeswax Paste es una pasta con un alto contenido de aceite basada en aceite de linaza y cera de abeja pura blanqueada. Esta pasta aumenta el cuerpo del oleo de color con un acabado satinado mate, especialmente util al trabajar con colores opacos.”

Es un producto sensible a la luz así es que se recomienda mantenerla en un lugar oscuro y fresco. Contiene, en su totalidad, la cera de abeja blanqueada, aceite de linaza y trementina doblemente rectificada.

Para algo que seque más rápido, están los medios de impasto alquídicos como el Oleopasto y el Liquin Impasto de Winsor & Newton. El segundo permite que las marcas dejadas por el pincel sean más visibles, mientras que el primero las disimula más. Los hay también en gel, como el que ofrece Gamblin Colors (que al parecer también es considerablemente conocido) entre otras opciones que ofrece al mercado esta también reconocida marca.

Todos estos medios alquídicos para pintar con impasto ofrecen lo mismo: agregar más cuerpo a tu pintura y un secado rápido, aunque claro, como con todos los materiales, tienen sus pros y sus contras y lo que nos queda en todo caso es probarlos para ver que se ajusta más a nuestras necesidades artísticas.

¡Lo que resta es pintar! Recuerda que al pintar con impasto puedes usar tus pinceles (los de cerdas, por ejemplo, son muy útiles para agregar texturas más marcadas) y la espátula, pues con esta última también puedes aplicar y dar dirección a la pintura. Un tip que también nos dejó Rembrandt: puedes incluso usar la parte posterior de tu pincel para marcar algunas líneas (como las ramas de un árbol).

Con esta información seguro podrás hacer tus primeros intentos con el impasto, pero como en cada publicación que hacemos de este tipo, te recuerdo que si tienes cualquier duda nos la puedes consultar. Recuerda que también nosotros tenemos una amplia variedad de pigmentos, medios, cargas y materiales a tu disposición en nuestra sección de productos.