Sin embargo, siempre tuvo el deseo de asistir a la Academia San Carlos, y según sus palabras, al comentarlo con su familia su padre respondió: “Desde hoy dejas de trabajar y entras a San Carlos”. Es así que, con el apoyo de su padre, emprende su viaje por el mundo de la pintura, iniciando su travesía a los 24 años. Una edad un tanto tardía para la época, algo que compensaría con su extraordinaria habilidad pictórica, su poético sentido de la simplificación de las formas, su basta comprensión de la naturaleza y ese talento innato como paisajista.
Es precisamente durante su etapa de estudiante que conoce a dos personajes que influirían de manera significativa en su manera de educar y ver el arte:
Benjamín Coria: Quien le regala un set de acuarelas, animándolo a experimentar con dicha técnica, un gesto que replicaría con sus alumnos. Generando en él, esa cultura de dar sin esperar algo a cambio.
José Chávez Morado: De él aprende la importancia de las técnicas y materiales, así como el compromiso con la educación. Una tarea ardua para compartir todo el conocimiento aprendido con las nuevas generaciones.
De sus obras murales sobresalen las ubicadas en el Centro Médico Nacional Siglo XXI, en la Ciudad de México, titulado El aire es vida; en la unidad del ISSSTE en Celaya, Un canto a la vida; en el Centro Cultural Mexiquense en Toluca, Estado de México, La imagen del hombre, en la Secretaría de Educación Pública, y La justicia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El lazo que tenía con la tierra del sol naciente, aunado a sus aportaciones artísticas lo llevó a ser galardonado con la Condecoración Imperial de Japón: Tesoro Sagrado, además de realizar el mural en la estación de tren Keisei del Metro de Tokio, Japón, El espíritu creador siempre se renueva.
En 1992 se inauguró el Museo-Taller Luis Nishizawa en Toluca centro, con la finalidad de preservar y difundir no sólo la obra del maestro, sino para enseñar, compartir y transmitir las técnicas y materiales a las nuevas generaciones. Actualmente cuenta con siete salas de exhibición, biblioteca y área de exposiciones temporales. En él, se imparten cursos, se llevan a cabo conciertos, conferencias y talleres de cerámica, grabado y dibujo. Además de contar con el Centro de Información y Documentación Luis Nishizawa y su Tiempo, que está a servicio de los investigadores y del público en general.
Con profundo amor por la enseñanza y los procedimientos de pintura es que buscaba formar artesanos antes que artistas. Conocimientos técnicos que serían la base para que posteriormente los estudiantes tuvieran las herramientas para plasmar lo aprendido en otras áreas, pues consideraba el don artístico como algo originario que debía fortalecerse con el dominio de la técnica.
Luis Nishizawa murió el 29 de septiembre de 2014, reconocido no sólo por su obra plástica, sino también por su labor académica, de la cual recibimos valiosas enseñanzas. Conocimientos que buscamos compartir a nuestros alumnos, un compromiso con la educación con el que pretendemos honrar su memoria. Un artista excepcional y a la vez, un hombre sencillo, humilde y trabajador, con una capacidad natural para transmitir aquello que sentía mediante su obra, logrando conmover al espectador a través de pinturas cargadas de poesía, sentimientos, pero sobre todo llenas de vida.